Trastornos adictivos: ¿Qué son y cómo abordarlos?

La adicción es una condición compleja y multifactorial que afecta la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan. Lejos de ser una simple cuestión de “fuerza de voluntad”, los trastornos adictivos implican una pérdida progresiva del control sobre el consumo de alguna sustancia o la realización de una conducta, incluso cuando esta situación genera consecuencias negativas en la vida personal, familiar, social o laboral.

Las personas que viven con una adicción suelen experimentar una fuerte necesidad o impulso de repetir una conducta para obtener alivio, placer o escape, lo que puede generar un círculo vicioso difícil de romper sin ayuda profesional. Por eso, es fundamental comprender que la adicción puede volverse un trastorno de salud mental que requiere una intervención adecuada, empática y especializada.

Tipos de trastornos adictivos

Los trastornos adictivos se pueden clasificar en dos grandes categorías: adicciones a sustancias y adicciones conductuales. Ambos tipos comparten características similares, como la pérdida de control, la compulsión, la tolerancia y la abstinencia, aunque se manifiestan de formas distintas.

Adicciones a sustancias

Este tipo de adicciones incluye el consumo problemático de sustancias que alteran el funcionamiento del sistema nervioso central y generan dependencia física, psicológica o ambas. Algunas de las más comunes son:

  • Alcohol: El consumo excesivo y prolongado de alcohol puede llevar a una dependencia severa, con efectos negativos sobre la salud física, emocional y social. A menudo, la persona afectada minimiza o niega el problema, retrasando la búsqueda de ayuda.
  • Drogas ilícitas: Sustancias como la cocaína, la marihuana, la heroína o las metanfetaminas pueden producir una intensa sensación de placer o euforia en el corto plazo, pero su uso continuo deteriora el funcionamiento del cerebro, genera dependencia y aumenta el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos asociados.
  • Medicamentos recetados: El uso indebido de fármacos como opioides, benzodiacepinas o estimulantes —aunque hayan sido recetados inicialmente por un profesional— puede derivar en una adicción si se prolonga sin supervisión médica.
  • Nicotina: El consumo persistente de cigarrillos, tabaco o vapeadores también genera dependencia física, y se asocia a una alta carga de enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

Adicciones conductuales

Estas adicciones no involucran una sustancia, sino conductas que generan placer inmediato o alivio emocional, pero que se vuelven difíciles de controlar y terminan interfiriendo con la vida cotidiana.

  • Trastornos alimentarios: La ingesta compulsiva de alimentos puede estar vinculada a intentos de calmar la ansiedad, el estrés o la culpa. Aunque no siempre se identifique como una “adicción”, tiene una lógica adictiva cuando la comida se convierte en una forma de lidiar con emociones difíciles.
  • Juego patológico: El impulso desmedido de apostar —ya sea en casinos, juegos en línea o apuestas deportivas— puede causar serios problemas financieros y deteriorar las relaciones personales. Las personas con ludopatía experimentan una intensa necesidad de “recuperar lo perdido”, lo que perpetúa el ciclo adictivo.
  • Adicción a la tecnología: El uso excesivo de redes sociales, videojuegos o dispositivos electrónicos puede interferir con el sueño, la concentración y las relaciones interpersonales. En algunos casos, las personas se aíslan progresivamente de su entorno para mantener esta conducta.
  • Compras compulsivas: Comprar para aliviar el malestar emocional o buscar satisfacción inmediata puede convertirse en una conducta adictiva, sobre todo cuando aparece la necesidad de ocultar las compras o endeudarse para mantener el hábito.

¿Cómo se pueden abordar los trastornos adictivos?

Superar una adicción no es fácil, pero es posible. El tratamiento adecuado puede marcar una gran diferencia en el camino hacia la recuperación, especialmente cuando se ofrece desde una mirada integral y respetuosa.

Entre las estrategias más efectivas se encuentran:

  • Psicoterapia: Las terapias psicológicas permiten comprender el origen emocional de la adicción, identificar patrones de comportamiento y desarrollar nuevas formas de afrontamiento. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, es una de las más utilizadas y efectivas para abordar distintas formas de adicción.
  • Acompañamiento o internación psiquiátrica: En casos más severos, puede ser necesario un tratamiento intensivo o una internación en un entorno especializado que permita una desintoxicación segura y un seguimiento profesional permanente.
  • Grupos de apoyo: Espacios como Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos u otros grupos terapéuticos brindan contención, acompañamiento mutuo y una red de apoyo clave para sostener la abstinencia a largo plazo.
  • Cambios progresivos de hábitos: Incorporar rutinas saludables, mejorar la alimentación, realizar actividad física, establecer horarios de sueño y practicar técnicas de manejo del estrés (como la meditación o el mindfulness) puede ayudar a prevenir recaídas y fortalecer el bienestar general.

Romper el silencio: la importancia de hablar sobre adicciones

Aunque los trastornos adictivos están reconocidos por la Organización Mundial de la Salud como un problema de salud pública, todavía persisten muchos prejuicios y estigmas en torno a ellos. Esto hace que muchas personas sientan vergüenza, culpa o miedo de pedir ayuda, lo cual retrasa el inicio del tratamiento y puede agravar el trastorno.

Es necesario generar espacios de conversación informada, empática y libre de juicios para romper con el tabú que rodea a las adicciones. Comprender que se trata de una condición tratable —y no de un “fracaso personal”— es el primer paso para construir caminos de recuperación más amables y sostenibles.

Clínica Santa Cecilia: un espacio seguro para la recuperación

En Clínica Santa Cecilia, contamos con más de 75 años de experiencia brindando tratamientos psiquiátricos con un enfoque humano, integral y respetuoso. Nuestro equipo multidisciplinario acompaña a mujeres en sus procesos de salud mental, entendiendo la importancia de ofrecer un entorno de contención y cuidado.

Si tú o alguien cercano está atravesando una situación de consumo problemático o una adicción, no estás sola. Podemos ayudarte.

Agenda tu hora de atención llamando a uno de estos números:
📞 +56 2 2699 6838 | +56 2 2699 0643 | +56 9 6844 2299

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La adicción es una condición compleja y multifactorial que afecta la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan. Lejos de ser una simple cuestión de “fuerza de voluntad”, los trastornos adictivos implican una pérdida progresiva del control sobre el consumo de alguna sustancia o la realización de una conducta, incluso cuando esta situación genera consecuencias negativas en la vida personal, familiar, social o laboral.

La adicción es una condición compleja y multifactorial que afecta la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan. Lejos de ser una simple cuestión de “fuerza de voluntad”, los trastornos adictivos implican una pérdida progresiva del control sobre el consumo de alguna sustancia o la realización de una conducta, incluso cuando esta situación genera consecuencias negativas en la vida personal, familiar, social o laboral.

Las personas que viven con una adicción suelen experimentar una fuerte necesidad o impulso de repetir una conducta para obtener alivio, placer o escape, lo que puede generar un círculo vicioso difícil de romper sin ayuda profesional. Por eso, es fundamental comprender que la adicción puede volverse un trastorno de salud mental que requiere una intervención adecuada, empática y especializada.

Tipos de trastornos adictivos

Los trastornos adictivos se pueden clasificar en dos grandes categorías: adicciones a sustancias y adicciones conductuales. Ambos tipos comparten características similares, como la pérdida de control, la compulsión, la tolerancia y la abstinencia, aunque se manifiestan de formas distintas.

Adicciones a sustancias

Este tipo de adicciones incluye el consumo problemático de sustancias que alteran el funcionamiento del sistema nervioso central y generan dependencia física, psicológica o ambas. Algunas de las más comunes son:

  • Alcohol: El consumo excesivo y prolongado de alcohol puede llevar a una dependencia severa, con efectos negativos sobre la salud física, emocional y social. A menudo, la persona afectada minimiza o niega el problema, retrasando la búsqueda de ayuda.
  • Drogas ilícitas: Sustancias como la cocaína, la marihuana, la heroína o las metanfetaminas pueden producir una intensa sensación de placer o euforia en el corto plazo, pero su uso continuo deteriora el funcionamiento del cerebro, genera dependencia y aumenta el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos asociados.
  • Medicamentos recetados: El uso indebido de fármacos como opioides, benzodiacepinas o estimulantes —aunque hayan sido recetados inicialmente por un profesional— puede derivar en una adicción si se prolonga sin supervisión médica.
  • Nicotina: El consumo persistente de cigarrillos, tabaco o vapeadores también genera dependencia física, y se asocia a una alta carga de enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

Adicciones conductuales

Estas adicciones no involucran una sustancia, sino conductas que generan placer inmediato o alivio emocional, pero que se vuelven difíciles de controlar y terminan interfiriendo con la vida cotidiana.

  • Trastornos alimentarios: La ingesta compulsiva de alimentos puede estar vinculada a intentos de calmar la ansiedad, el estrés o la culpa. Aunque no siempre se identifique como una “adicción”, tiene una lógica adictiva cuando la comida se convierte en una forma de lidiar con emociones difíciles.
  • Juego patológico: El impulso desmedido de apostar —ya sea en casinos, juegos en línea o apuestas deportivas— puede causar serios problemas financieros y deteriorar las relaciones personales. Las personas con ludopatía experimentan una intensa necesidad de “recuperar lo perdido”, lo que perpetúa el ciclo adictivo.
  • Adicción a la tecnología: El uso excesivo de redes sociales, videojuegos o dispositivos electrónicos puede interferir con el sueño, la concentración y las relaciones interpersonales. En algunos casos, las personas se aíslan progresivamente de su entorno para mantener esta conducta.
  • Compras compulsivas: Comprar para aliviar el malestar emocional o buscar satisfacción inmediata puede convertirse en una conducta adictiva, sobre todo cuando aparece la necesidad de ocultar las compras o endeudarse para mantener el hábito.

¿Cómo se pueden abordar los trastornos adictivos?

Superar una adicción no es fácil, pero es posible. El tratamiento adecuado puede marcar una gran diferencia en el camino hacia la recuperación, especialmente cuando se ofrece desde una mirada integral y respetuosa.

Entre las estrategias más efectivas se encuentran:

  • Psicoterapia: Las terapias psicológicas permiten comprender el origen emocional de la adicción, identificar patrones de comportamiento y desarrollar nuevas formas de afrontamiento. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, es una de las más utilizadas y efectivas para abordar distintas formas de adicción.
  • Acompañamiento o internación psiquiátrica: En casos más severos, puede ser necesario un tratamiento intensivo o una internación en un entorno especializado que permita una desintoxicación segura y un seguimiento profesional permanente.
  • Grupos de apoyo: Espacios como Alcohólicos Anónimos, Narcóticos Anónimos u otros grupos terapéuticos brindan contención, acompañamiento mutuo y una red de apoyo clave para sostener la abstinencia a largo plazo.
  • Cambios progresivos de hábitos: Incorporar rutinas saludables, mejorar la alimentación, realizar actividad física, establecer horarios de sueño y practicar técnicas de manejo del estrés (como la meditación o el mindfulness) puede ayudar a prevenir recaídas y fortalecer el bienestar general.

Romper el silencio: la importancia de hablar sobre adicciones

Aunque los trastornos adictivos están reconocidos por la Organización Mundial de la Salud como un problema de salud pública, todavía persisten muchos prejuicios y estigmas en torno a ellos. Esto hace que muchas personas sientan vergüenza, culpa o miedo de pedir ayuda, lo cual retrasa el inicio del tratamiento y puede agravar el trastorno.

Es necesario generar espacios de conversación informada, empática y libre de juicios para romper con el tabú que rodea a las adicciones. Comprender que se trata de una condición tratable —y no de un “fracaso personal”— es el primer paso para construir caminos de recuperación más amables y sostenibles.

Clínica Santa Cecilia: un espacio seguro para la recuperación

En Clínica Santa Cecilia, contamos con más de 75 años de experiencia brindando tratamientos psiquiátricos con un enfoque humano, integral y respetuoso. Nuestro equipo multidisciplinario acompaña a mujeres en sus procesos de salud mental, entendiendo la importancia de ofrecer un entorno de contención y cuidado.

Si tú o alguien cercano está atravesando una situación de consumo problemático o una adicción, no estás sola. Podemos ayudarte.

Agenda tu hora de atención llamando a uno de estos números:
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