Este contenido solo tiene fines divulgativos. Para obtener consejos o diagnósticos médicos, acude siempre a un profesional.

Desde nuestra fundación en 1949 por la Congregación Preciosa Sangre, Clínica Santa Cecilia ha sido un espacio único: un hogar y un centro de tratamiento donde la dignidad, el respeto y la cercanía han guiado cada paso. A lo largo de estas décadas, hemos evolucionado, fortaleciendo nuestros equipos y modernizado los espacios, sin perder nunca aquello que nos distingue: nuestra vocación humanitaria y modo de cuidar.
Para conmemorar este aniversario, realizamos una once especial junto a nuestras pacientes y equipo clínico. Fue un encuentro lleno de risas, conversaciones y afecto, que reflejó el espíritu cálido y cercano que caracteriza a nuestra comunidad.
Durante esta semana también despedimos a las y los estudiantes de 4° año de Enfermería de la Universidad del Alba, quienes finalizaron su pasantía en la clínica tras semanas de aprendizaje, acompañamiento y vinculación con nuestras residentes. Su presencia aportó energía, compromiso y cariño, y quisieron dejar un testimonio de gratitud a través de una carta que compartimos a continuación.
Santiago, miércoles 19 de noviembre del 2025
Estimadas hermanas Inés y Fabiola:
Reciban esta carta y estos pequeños presentes como un sincero agradecimiento por habernos recibido en la Clínica Psiquiátrica Santa Cecilia.
La realidad es que, más que una clínica, este lugar es un hogar maravilloso, un espacio que se convierte en refugio, en familia, en contención y en amor para cada una de las residentes. Sabemos que no es fácil estar cada día pendientes de todo, pero ustedes son el motor que impulsa este lugar, y eso se refleja en cada detalle.
Lo vemos en los pasillos, donde siempre se detienen a saludar con cariño a las residentes; en cómo conocen sus nombres, sus historias, sus vidas. También lo vemos en el cuidado amoroso que entregan al jardín, lleno de flores hermosas, entre ellas la flor de loto, que nace en el pantano y, pese a la adversidad, florece con una belleza única. Así mismo florece este hogar gracias a su entrega, su dedicación y su fe.
Su labor diaria es un verdadero acto de valentía y vocación. Atender a más de veinte residentes, cada una con sus propias luchas y desafíos en salud mental, requiere una fortaleza inmensa, una paciencia profunda y, sobre todo, un amor genuino por el prójimo. Ustedes trabajan a la par con ellas, no solo como enfermeras, sino como mujeres de fe, entrega y esperanza.
Para nosotras, que estamos formándonos en el camino de la enfermería, ustedes representan un ejemplo vivo de lo que significa cuidar sin perder la humanidad, acompañar sin olvidar la ternura y servir sin dejar de lado el cariño por cada persona. Verlas trabajar nos inspira y nos recuerda por qué elegimos esta profesión: para ser luz en los momentos difíciles, tal como ustedes lo son cada día en esta clínica.
Agradecemos profundamente su tiempo, su dedicación y la oportunidad de aprender de su experiencia y de su corazón. Que Dios las bendiga siempre y les dé la fuerza para continuar con esta hermosa misión.
- Estudiantes de Enfermería de 4º año en pasantía (Universidad del Alba)
Durante la celebración también realizamos un concurso de reina con nuestras pacientes. Fue un momento espontáneo, divertido y muy significativo: risas compartidas, participación entusiasta y un ambiente de complicidad y cuidado que nos recordó que la recuperación y el bienestar también pasan por crear espacios de disfrute, juego y vínculo.
Las pacientes se animaron a participar, elegir atuendos y celebrar juntas. Fue una actividad sencilla, pero profundamente humana, que reafirmó el sentido de comunidad que buscamos cultivar día a día.
Este aniversario nos invita a mirar el camino recorrido con gratitud y a proyectarnos con esperanza. Cada paciente que ha pasado por la clínica, cada profesional que ha sido parte de nuestro equipo y cada estudiante que ha aprendido entre nuestras paredes ha contribuido a construir este lugar único.
Celebrar 76 años es honrar un legado, pero también reafirmar un compromiso: seguir siendo un espacio seguro para las mujeres que buscan apoyo en salud mental; un lugar donde la dignidad, la empatía y el respeto son intransables; y una comunidad donde el cuidado se vive con profundidad, humanidad y fe.
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Si necesitas ayuda o conoces a alguien que la requiera, no dudes en acercarte a conversar con nosotras. Estamos aquí para escucharte y ayudarte.

El pasado 22 de noviembre, en el día de Santa Cecilia, nuestra clínica cumplió 76 años de vida. Un aniversario que no solo marca el paso del tiempo, sino que también honra una historia construida en torno al cuidado, la fe, la dedicación y el profundo compromiso con la salud mental de las mujeres.
Desde nuestra fundación en 1949 por la Congregación Preciosa Sangre, Clínica Santa Cecilia ha sido un espacio único: un hogar y un centro de tratamiento donde la dignidad, el respeto y la cercanía han guiado cada paso. A lo largo de estas décadas, hemos evolucionado, fortaleciendo nuestros equipos y modernizado los espacios, sin perder nunca aquello que nos distingue: nuestra vocación humanitaria y modo de cuidar.
Para conmemorar este aniversario, realizamos una once especial junto a nuestras pacientes y equipo clínico. Fue un encuentro lleno de risas, conversaciones y afecto, que reflejó el espíritu cálido y cercano que caracteriza a nuestra comunidad.
Durante esta semana también despedimos a las y los estudiantes de 4° año de Enfermería de la Universidad del Alba, quienes finalizaron su pasantía en la clínica tras semanas de aprendizaje, acompañamiento y vinculación con nuestras residentes. Su presencia aportó energía, compromiso y cariño, y quisieron dejar un testimonio de gratitud a través de una carta que compartimos a continuación.
Santiago, miércoles 19 de noviembre del 2025
Estimadas hermanas Inés y Fabiola:
Reciban esta carta y estos pequeños presentes como un sincero agradecimiento por habernos recibido en la Clínica Psiquiátrica Santa Cecilia.
La realidad es que, más que una clínica, este lugar es un hogar maravilloso, un espacio que se convierte en refugio, en familia, en contención y en amor para cada una de las residentes. Sabemos que no es fácil estar cada día pendientes de todo, pero ustedes son el motor que impulsa este lugar, y eso se refleja en cada detalle.
Lo vemos en los pasillos, donde siempre se detienen a saludar con cariño a las residentes; en cómo conocen sus nombres, sus historias, sus vidas. También lo vemos en el cuidado amoroso que entregan al jardín, lleno de flores hermosas, entre ellas la flor de loto, que nace en el pantano y, pese a la adversidad, florece con una belleza única. Así mismo florece este hogar gracias a su entrega, su dedicación y su fe.
Su labor diaria es un verdadero acto de valentía y vocación. Atender a más de veinte residentes, cada una con sus propias luchas y desafíos en salud mental, requiere una fortaleza inmensa, una paciencia profunda y, sobre todo, un amor genuino por el prójimo. Ustedes trabajan a la par con ellas, no solo como enfermeras, sino como mujeres de fe, entrega y esperanza.
Para nosotras, que estamos formándonos en el camino de la enfermería, ustedes representan un ejemplo vivo de lo que significa cuidar sin perder la humanidad, acompañar sin olvidar la ternura y servir sin dejar de lado el cariño por cada persona. Verlas trabajar nos inspira y nos recuerda por qué elegimos esta profesión: para ser luz en los momentos difíciles, tal como ustedes lo son cada día en esta clínica.
Agradecemos profundamente su tiempo, su dedicación y la oportunidad de aprender de su experiencia y de su corazón. Que Dios las bendiga siempre y les dé la fuerza para continuar con esta hermosa misión.
- Estudiantes de Enfermería de 4º año en pasantía (Universidad del Alba)
Durante la celebración también realizamos un concurso de reina con nuestras pacientes. Fue un momento espontáneo, divertido y muy significativo: risas compartidas, participación entusiasta y un ambiente de complicidad y cuidado que nos recordó que la recuperación y el bienestar también pasan por crear espacios de disfrute, juego y vínculo.
Las pacientes se animaron a participar, elegir atuendos y celebrar juntas. Fue una actividad sencilla, pero profundamente humana, que reafirmó el sentido de comunidad que buscamos cultivar día a día.
Este aniversario nos invita a mirar el camino recorrido con gratitud y a proyectarnos con esperanza. Cada paciente que ha pasado por la clínica, cada profesional que ha sido parte de nuestro equipo y cada estudiante que ha aprendido entre nuestras paredes ha contribuido a construir este lugar único.
Celebrar 76 años es honrar un legado, pero también reafirmar un compromiso: seguir siendo un espacio seguro para las mujeres que buscan apoyo en salud mental; un lugar donde la dignidad, la empatía y el respeto son intransables; y una comunidad donde el cuidado se vive con profundidad, humanidad y fe.
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Si necesitas ayuda o conoces a alguien que la requiera, no dudes en acercarte a conversar con nosotras. Estamos aquí para escucharte y ayudarte.